Raúl Quintanilla: El cine como misterio


Raúl Quintanilla recuerda su primer encuentro con el cine: “Fuimos mi mamá, mi hermana y yo, después de un largo trayecto en camión, a ver Fantasía”, cuenta. Aquella experiencia marcó el inicio de una vida guiada por la imagen. A los catorce años, una película lo cambió todo. 8½, de Fellini, le mostró que el cine podía ser una expresión personal. “Verla a esa edad me impactó profundamente”, dice. En la confusión del adolescente que fue, encontró una revelación: el cine podía contener la vida misma, con sus dudas, sueños y contradicciones. Esa certeza lo ha acompañado desde entonces.

Hacer cine desde su propio territorio es, para Quintanilla, una forma de afirmación. “Me da la sensación de que estoy hablando de lo que conozco y que pongo en alto las cosas que me gustan de donde vivo.” En su mirada, contar historias desde el norte es también celebrar su esencia, su gente y su ritmo. Su cine habla desde lo íntimo, pero con un eco colectivo: “Si hablas desde lo personal, hablas a lo colectivo”, dice con naturalidad, como si la empatía fuera la consecuencia inevitable de la honestidad.
Cuando toma una cámara o dirige una escena, su búsqueda es clara y sin artificios: “La verdad emocional.” No se trata de la perfección técnica ni del discurso, sino de ese momento en que una mirada, un silencio o un gesto revelan lo que las palabras no alcanzan.

Quintanilla sabe también de los retos que implica hacer cine en México. “Lo más difícil es conseguir dinero y público. Lo gratificante es terminar un proyecto.” Su respuesta encierra una verdad que todo creador conoce: cada película terminada es, en sí misma, un acto de resistencia. Aun así, mantiene la esperanza de un panorama más amplio, más curioso. “Me gustaría que se viera todo tipo de cine, no sólo el más comercial”, dice. Imagina un futuro diverso, donde lo experimental, lo contemplativo y lo documental tengan el mismo valor que una gran producción. “Mucho más rico en diversidad y con un público más estable, conectando con cinéfilos en todo el mundo.”

En su relación con el espectador, Quintanilla no busca dictar emociones. “Que sienta lo que quiera, pero que sienta”, afirma. Su deseo es despertar la curiosidad, provocar la mirada. Que el público descubra otros caminos, otras formas de narrar, y que entienda que el cine, en su mejor versión, no ofrece respuestas: abre preguntas. “Eddington”, menciona, fue una de las películas recientes que le recordó por qué el cine importa: por su capacidad de mezclar la razón con la emoción.

“El cine es todo”, sentencia. No hay matiz ni exageración: en su voz, la frase es absoluta y simple, como una verdad que no necesita explicación. Y si tuviera que representarlo con una imagen, esa sería el misterio. El misterio de lo que sentimos, de lo que no se dice pero vibra entre plano y plano, entre el silencio y la luz.

A quienes empiezan, les deja un consejo que resume su filosofía: “No esperes a las condiciones adecuadas, haz con lo que tienes.” En ese gesto está la esencia del cine que propone Plano Norte en Corto: un cine que nace del impulso, de la necesidad de contar, aunque el camino no esté pavimentado.

Porque, al final, el norte también se cuenta desde la intuición —desde esa verdad emocional que, como el cine mismo, nunca se explica del todo, solo se siente.


Raúl es parte del festival y podrás conocerlo en dos de las actividades:

Síguelo en : https://www.instagram.com/raulqa/

Inspiración en progreso el viernes 14 / 11:00h

Encuentros ágiles donde cineastas, técnicas y creadoras comparten en minutos lo esencial de sus procesos: decisiones creativas, soluciones de bajo costo, aprendizajes y herramientas útiles. Cada sesión aborda un eje (documental, ficción breve, animación, sonido, distribución, micro-presupuestos) y cierra con una breve ronda de preguntas. Cápsulas para encender proyectos y tejer redes.

¿Quieres asistir? / regístrate

    jueves 13 / 9:30h

    Las distintas voces del cine” propone un viaje a través de 50 obras que exploran la diversidad de estilos, lenguajes y enfoques que coexisten en la creación cinematográfica. Desde lo experimental hasta lo narrativo, de lo poético a lo documental, revisaremos películas y cortometrajes que, lejos de seguir una sola tradición, reinventan constantemente la manera en que se puede mirar y pensar el cine. El objetivo es descubrir cómo, detrás de cada obra, hay una voz única que desafía, transforma y expande los límites del medio.