Plano Norte en Corto Festival de cine
Aquí en el norte también celebramos cuando otra plataforma hermana crece. El Festival Internacional de Cine en Ensenada (FICens) presentó su Selección Oficial 2025 y, a juzgar por el programa, Baja California apunta alto: 43 títulos —entre cortos y largos— que dialogan con el cine independiente de México y de 10 países, y que tomarán pantalla del 21 al 23 de noviembre en Cinépolis Plaza Marina, el Auditorio Estela Parrilla del Caracol Museo de Ciencias y el Foro Experimental del CEART Ensenada.
Para Ana Laura Zerón Soler, el cine comenzó con una historia luminosa y extraterrestre. “Cuando mi mamá nos llevó al cine a ver E.T.”, recuerda.
El primer recuerdo cinematográfico de Jesús Jorge Rubio Torres es una experiencia sensorial que lo marcó para siempre. “El recuerdo más consciente que tengo de haber experimentado el cine fue en el Río 70, con la película Garras, protagonizada por Val Kilmer. Recuerdo que me llevó mi padre, y que en la oscuridad de la sala los rugidos del león sonaban como si estuvieran justo detrás de nosotros.”
Para Fernando Mol, el cine llegó en las piñatas: una sábana blanca convertida en pantalla, niños sentados en el piso, el bullicio detenido, los dulces olvidados. “Ahí vi Dumbo, Los Aristogatos y Star Wars. Dejábamos los juegos y los dulces para sentarnos a mirar.
Para José Jiménez, el cine comenzó con una ventana abierta al planeta. “Mi recuerdo más vivo respecto al cine es con el cine documental —dice—. Ver imágenes del mundo en pantalla frente a mí me hicieron soñar con estar ahí, con dejar de ser ciudadano de unos cuantos kilómetros cuadrados y volverme alguien que vive presente en todo el planeta.”
Para Erica Navarro, el cine comenzó con una fascinación pura, casi infantil. “Recuerdo muy vívidamente no distinguir si lo que veía en la pantalla grande era real o no”, dice.
48 Hour Film Project México 2025 vuelve a encender el reto más vertiginoso del año: escribir, filmar y editar un cortometraje… en solo 48 horas.
Para thomDíaz, el cine comenzó en silencio, entre el sonido leve de unas agujas tejiendo y las luces parpadeantes de una televisión. “Mi primer acercamiento fue de pequeño —recuerda—, observando a mi abuela Refugio ver cine en la televisión.” Eran las películas en blanco y negro de la época de oro del cine mexicano.
Para Gabriel Ramos Jiménez, el cine comenzó con una cámara casera. “Desde pequeño me gustaba grabar con una cámara de video que tenían mis papás”, recuerda. En aquellas primeras grabaciones domésticas —imperfectas, espontáneas, sinceras— nació una curiosidad que con el tiempo se transformó en vocación.
En el ecosistema cinematográfico, los festivales son más que alfombras rojas: son lugares donde se prueba el pulso del cine, se descubren nuevas voces y se negocia el futuro de lo que veremos en pantalla. Tres faros europeos concentran, desde hace décadas, una influencia decisiva.