Gerardo Villarreal: El eco invisible del cine

Para Gerardo Villarreal, el cine comenzó con dos rugidos: el de un T-Rex y el de una motocicleta futurista. “Ver Terminator 2 con mi papá, y después Jurassic Park, fueron experiencias que me marcaron desde niño.” En esas películas encontró la magia del asombro, pero también la sincronía entre imagen y sonido, entre emoción y ruido, entre el corazón y la máquina.

Sin embargo, su camino hacia el cine no nació de una escena ni de un personaje. Fue, dice, “una evolución natural de mi pasión por la música”. El sonido fue su puerta de entrada al séptimo arte, y desde ahí encontró un lugar tan esencial como silencioso: el de quien captura lo que no se ve pero se siente. “Hacer cine para mí es algo sumamente personal. Le inyecto todo mi corazón a cada momento que trabajo, para apoyar a contar las historias de la mejor manera posible.”

En su voz hay una certeza que define a los creadores del norte: el oficio se vuelve identidad. Desde su trinchera sonora, Gerardo entiende el cine como un espacio donde convergen todas las artes. “Es la mejor manera de generar cultura y diversión en un mismo medio”, dice, reconociendo en él no solo una forma de expresión, sino un acto cultural profundo, capaz de construir comunidad.

Su territorio es el sonido. No la cámara ni la dirección, sino el aire mismo que vibra. “Yo no soy fotógrafo, pero con sonido mi trabajo es capturar el sonido directo lo más limpio posible.” Esa limpieza, ese intento de atrapar lo efímero, es su forma de crear verdad. En cada toma busca la pureza del instante, el silencio que da vida al diálogo, el detalle que sostiene la emoción.

Pero el camino no ha sido fácil. “Lo más difícil es todo lo que tiene que ver con los presupuestos —reconoce—. Hay muy poco dinero para la calidad que se busca generar.” Habla desde la experiencia de quien trabaja en producciones donde el talento sobra pero los recursos escasean. Aun así, su mirada no es amarga. “Lo más gratificante es romper esa barrera y crecer en una industria tan bonita.” Su palabra clave es amor: amor al arte, a pesar de los límites, a pesar del low budget.

Gerardo pide más equidad dentro de los proyectos. “Quisiera que hubiera más apertura hacia el sonido”, dice. En un medio donde la imagen suele acaparar la atención, recuerda que el cine también se escucha, que sin sonido no hay atmósfera, ni verdad, ni emoción completa.

Su visión del futuro es crítica pero esperanzadora. “Seguimos en la era de los directores —dice—. Talentos hay muchos, pero se habla más de ellos que de quienes los rodean.” Aspira a una industria más equilibrada, donde la colaboración se valore tanto como la autoría, y donde las grandes empresas también apuesten por el riesgo, por las ideas que nacen en los márgenes.

Cuando piensa en el público, su deseo es simple: “Que disfruten la historia y que les lleguen los diferentes momentos del film.” No busca adoctrinar ni dirigir emociones; busca conexión. Y recuerda The Zone of Interest como una película que lo sacudió, un recordatorio de que el cine sigue importando porque confronta, provoca y nos obliga a escuchar incluso el silencio.

El cine es el arte más complejo y hermoso que ha creado el humano, afirma con la certeza de quien conoce su estructura desde adentro. Y si tuviera que representarlo, sería —dice— “una imagen cenital de un crew en silencio detrás de la cámara, observando a dos actores frente a ellos”. Ese instante, donde todos callan y la magia ocurre, resume la esencia de su oficio: la armonía invisible que sostiene lo visible.

A quienes comienzan, les deja una enseñanza que vale tanto para el sonido como para la vida: “Sé honesto contigo mismo. Repetir lo que ha funcionado para otros no significa que funcionará para ti. Entre más honesto seas con tu arte, más empatía generarás.”

Gerardo pertenece a esa estirpe de creadores que, desde la sombra, dan forma a la emoción colectiva. Su cine —el que se escucha más que se ve— nos recuerda que en cada historia, además de luz, hay frecuencia; además de planos, hay pulsos; y que, al final, el norte también se cuenta por el sonido del corazón que lo habita.


Gerardo es parte del festival y podrás conocerlo en una de las actividades:

Síguelo en: https://www.instagram.com/gerardoavguerra/

Imparte : Gerardo Villarreal

viernes 14 / 9:30h

Platicará sobre su experiencia haciendo 20 películas – la gran mayoría independientes – y como el sonido es fundamental en una producción ya que conlleva toda la narrativa emocional.